VER, TENER COMPASIÓN Y ENSEÑAR: ÁNGELUS DEL 22/07/2018

En su alocución previa al rezo mariano del Ángelus este 22 de julio, el Papa Francisco recordó que Jesús se hizo don para los demás, convirtiéndose en modelo de amor y servicio para cada uno de nosotros. Porque Jesús es la palabra de la Verdad. Y todos necesitamos de la palabra de la Verdad, dijo el Papa, que nos guíe e ilumine el camino. Sin la verdad, que es Cristo mismo, no es posible encontrar la orientación justa de la vida. El Papa retomó el Evangelio de hoy de San Mateo, que narra cuando los apóstoles, tras su primera misión regresan donde Jesús y e cuentan “todo lo que habían hecho y enseñado”. Después de la experiencia de la misión, ciertamente emocionante pero también agotadora, necesitaban un momento de reposo. Sin embargo, no logra encontrar un momento tranquilo para los apóstoles. Al respecto, el Papa recuerda que lo mismo puede ocurrir hoy día. A veces no logramos realizar nuestros proyectos porque ocurre un imprevisto urgente que cambia nuestros programas y solicita flexibilidad y disponibilidad para las necesidades de los demás. En estas circunstancias, estamos llamados a imitar a Jesús. Reproducimos a continuación el texto completo de su alocución, traducido del italiano:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy (Mc 6, 30-34) nos relata que los apóstoles, después de su primera misión, regresan a Jesús y le refieren «todo lo que hicieron y enseñaron» (v. 30). Después de la experiencia de la misión, ciertamente emocionante pero también agotadora, tienen la exigencia del reposo. Y Jesús, lleno de comprensión, se preocupa por asegurarles un poco de alivio y les dice: «Vengan a un lugar desierto, y descansen un poco» (v. 31). Pero esta vez la intención de Jesús no se puede realizar, porque la multitud, intuyendo el lugar solitario a donde iría con la barca junto con sus discípulos, corren allí antes de su llegada.

Lo mismo puede ocurrir también hoy. A veces no podemos llevar a cabo nuestros proyectos porque sucede un imprevisto urgente que altera nuestros programas y requiere flexibilidad y disponibilidad a las necesidades de los demás.

En estas circunstancias, estamos llamados a imitar lo que hizo Jesús: «Al descender de la barca, Jesús vio una gran multitud, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas» (v. 34). En esta breve frase, el evangelista nos ofrece un flash de singular intensidad, fotografiando los ojos del divino Maestro y su enseñanza. Observemos los tres verbos de este fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Los podemos llamar los verbos del Pastor. La mirada de Jesús no es una mirada neutra o, peor, fría y desapegada, porque Jesús siempre mira con los ojos del corazón. Y su corazón es tan tierno y lleno de compasión, que sabe captar las necesidades aún las más escondidas dentro de las personas. Por otra parte, su compasión no indica simplemente una reacción emotiva frente a una situación de inquietud de la gente, sino que es mucho más: es la actitud y la predisposición de Dios hacia el hombre y su historia. Jesús aparece como la realización de la preocupación y el cuidado de Dios por su pueblo.

Ya que Jesús se conmovió al ver a toda esa gente necesitada de guía y de ayuda, esperaríamos que hiciera algún milagro. En cambio, se puso a enseñarles muchas cosas. Este es el primer pan que el Mesías ofrece a la muchedumbre hambrienta y perdida: el pan de la Palabra. Todos nosotros tenemos necesidad de la palabra de verdad, que nos guíe e ilumine el camino. Sin la verdad, que es Cristo mismo, no es posible encontrar la justa orientación de la vida. Cuando nos alejamos de Jesús y de su amor, nos perdemos y la existencia se transforma en desilusión e insatisfacción. Con Jesús al lado se puede proceder con seguridad, se pueden superar las pruebas, se progresa en el amor hacia Dios y hacia el prójimo. Jesús se ha hecho don para los demás, convirtiéndose así en modelo de amor y servicio para cada uno de nosotros.

Que María Santísima nos ayude a hacernos cargo de los problemas, de los sufrimientos y de las dificultades de nuestro prójimo, a través de una actitud de compartir y de servicio.

Comentarios