DIOS PERDONA EN MÍ: PALABRAS DEL PAPA FUERA DE LA NUNCIATURA EN BOGOTÁ (08/09/2017)

El Papa Francisco llegó este viernes 8 de septiembre al atardecer a Bogotá procedente de Villavicencio, donde pasó la mayor parte de su tercer día del viaje apostólico en Colombia. En el exterior de la Nunciatura, unos niños interpretaron para el Papa una coreografía con un baile y música folclóricos. Allí le esperaban también víctimas de la violencia, agentes y ex guerrilleros. Una señora le dijo "Colombia es un hospital de campo" y que le regalaban "el sufrimiento de Colombia, pasado, presente y futuro", simbolizado en un nido de cigüeña "tejido con nuestro dolor". Comentó los retiros espirituales que realizaban con quienes participaron en el conflicto. Como en un hospital de campo. Otra señora que perdió a su familia por la explosión de un oleoducto debido a un atentado, reconoció su falta de fe, sus heridas. "No juzgo a los guerrilleros porque se que hay un Dios que ve todo", dijo. Y le suplicó al Papa que pida a Dios "que me dé la gracia de perdonar", si bien indicó que "hoy voy caminando hacia el Señor". No es fácil, dijo, "pero sé que es Dios que perdona en mi y un día lo lograré". A continuación, el breve texto del Papa a los fieles presentes en la Nunciatura:

Gracias por el hospital de campo.

Gracias porque las puertas fueron abiertas y siguen abiertas.

Gracias por los que se animan a entrar, que miran de lejos y quieren entrar y no saben cómo.

Gracias por aceptar tanto despojo, por saber que uno quedó sin nada y que aun lo que podía hacer todavía no lo logra... pero proclamar delante de todos esa frase que nunca me la voy a olvidar: «Dios perdona en mí»

Son muchos los que no pueden perdonar todavía, pero hoy recibimos una lección de teología, de alta teología: Dios perdona en mí. Basta dejar que Él haga.

Y toda Colombia tendría que abrir sus puertas como las abrió este hospital de campo. Y dejar que entre Él, y que Él perdone en uno. Darle lugar: «Mira, yo no puedo, pero házlo tú».

La reconciliación concreta con la verdad, la justicia y la misericordia sólo la puede hacer Él. Que la haga. Y nosotros aprenderemos, detrás de Él, a hacerla.

Gracias por lo que hacen. Gracias. Y gracias por lo que me enseñaron esta noche.

[Aplausos]

Al pie de la cruz estaba la Madre. Y ha sido despojada de ese Hijo, y ha visto la tortura, todo. Que Ella acompañe a las mujeres colombianas y les enseñe como Ella el camino a seguir. Se lo pedimos juntos: Dios te salve, María...

Que los bendiga Dios, Todopoderoso, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Gracias.

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