UN PEREGRINO QUE INICIA SU ÚLTIMA PEREGRINACIÓN EN ESTA TIERRA

Aplausos, lágrimas, mucha conmoción en el Vaticano en la despedida de Benedicto XVI, que esta tarde ha abandonado la Sede papal del Palacio Pontificio, que ha sido su casa durante casi 8 años. El Santo Padre ha viajado por última vez como Papa a su residencia de verano de Castel Gandolfo, 17 días después de anunciar su renuncia a la Sede de Pedro, el pasado 11 de febrero.

Estas han sido sus últimas palabras, saludando a miles fieles que lo esperaban en Castel Gandolfo.

Queridos amigos estoy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza de la Creación y de vuestra simpatía, que me complace. Gracias por vuestra amistad y afecto.

Vosotros sabéis, que el día de hoy es distinto al de otras veces precedentes. Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica (hasta las ocho aún lo seré, luego ya no).

Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra.

Pero quisiera una vez más, con mi corazón, amor y oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores trabajar por el bien común y el bien de la iglesia y de la humanidad.

Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. ¡Vayamos juntos hacia delante con el Señor para el bien de la Iglesia y del mundo!

Os imparto con todo mi corazón mi bendición. Gracias y buenas noches.

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