LA COMUNIDAD DE CASTELGANDOLFO ACOGE A BENEDICTO XVI

Por segundo año consecutivo Benedicto XVI pasará todo el periodo estival en la residencia de las Villas pontificias en Castelgandolfo, adonde llegó en torno a las 18 de ayer, martes 3 de julio. Decisión, en cierto sentido, anunciada ya el pasado año precisamente cuando, en el momento de su llegada, explicó su predilección por la pequeña ciudad del Lacio donde sabe que puede encontrar todo lo que necesita para pasar un período de descanso inmerso en la quietud y rodeado por una naturaleza lozana «veo montaña, dijo, lago e incluso el mar»— al lado de una «bella iglesia» y entre «gente buena».

Muchos «amigos queridos» como saludó a sus momentáneos paisanos nada más llegar entre ellos. Lo primero que hizo fue precisamente comunicarles su alegría. De hecho, se asomó al balcón exterior del palacio y, a los muchos que se reunieron en la plaza a la que da para darle la bienvenida, les confió su felicidad «por haber llegado aquí para mis vacaciones. Os deseo a todos un buen descanso» dijo añadiendo también el auspicio de que todos pudieran gozar de la frescura que ofrece Castelgandolfo. «Esperemos —prosiguió— que podamos renovarnos espiritual y físicamente en esta pequeña pero bella ciudad rodeada de la belleza de la creación». Al final les dio las gracias por su presencia y renovó su deseo de unas felices vacaciones para todos.

El Pontífice había llegado de la Ciudad del Vaticano en helicóptero, acompañado por el prefecto de la Casa pontificia arzobispo Michael Harvey; por el regente, obispo Paolo De Nicolò; por los monseñores Georg Gänswein, su secretario particular, y Alfred Xuereb, de la secretaría particular. En el helipuerto de las Villas pontificias lo acogieron el cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, con el secretario general, obispo Giuseppe Sciacca; el obispo de Albano, Marcello Semeraro; el padre Josef Mai, vicedirector del Observatorio Vaticano; don Pietro Diletti, párroco de la parroquia pontificia de Santo Tomás de Villanueva; y el director de las Villas pontificias, Saverio Petrillo.

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