FORMAR PARTE DE LA IGLESIA ES UNA DECISIÓN SERIA: BENEDICTO XVI

El Papa en su visita a Alemanía puso ayer ante nosotros un tema muy actual: ¿es nuestra decisión a pertenecer a la Iglesia algo serio, pensado, o es solamente la búsqueda de un lugar donde sentirme bien y pasar un buen rato con los amigos? Leamos este mensaje que deja abierta una pregunta, sin importar mi edad o condición, ¿de verdad es seria mi decisión de seguir a Cristo en su Iglesia?
 
La Iglesia no es una “organización más en una sociedad democrática”, sino el mismo Cuerpo de Cristo, y pertenecer al Cuerpo de Cristo constituye una “decisión seria” que cada uno tiene que tomar.
 
“Algunos miran a la Iglesia, quedándose en su apariencia exterior”, constató el Papa, y así “la Iglesia aparece únicamente como una organización más en una sociedad democrática, a tenor de cuyas normas y leyes se juzga y se trata a una figura tan difícil de comprender como es la 'Iglesia' ”.
 
Si a esto, agregó, “se añade también la experiencia dolorosa de que en la Iglesia hay peces buenos y malos, grano y cizaña, y si la mirada se fija sólo en las cosas negativas, entonces ya no se revela el misterio grande y profundo de la Iglesia”.
 
“La insatisfacción y el desencanto se difunden si no se realizan las propias ideas superficiales y erróneas acerca de la 'Iglesia' y los 'ideales sobre la Iglesia' que cada uno tiene”, subrayó el Papa.
 
El Pontífice se refirió al evangelio recién proclamado, sobre la vid y los sarmientos que deben permanecer injertados en ella para no secarse.
 
En esta parábola, explicó, “Jesús no dice: 'Vosotros sois la vid', sino: 'Yo soy la vid, vosotros los sarmientos', lo cual significa: 'Así como los sarmientos están unidos a la vid, de igual modo vosotros me pertenecéis. Pero, perteneciendo a mí, pertenecéis también unos a otros' ”.
 
Esta relación recíproca, advirtió el Papa, “no entraña un tipo cualquiera de relación teórica, imaginaria, simbólica, sino casi me atrevería a decir, un pertenecer a Jesucristo en sentido biológico, plenamente vital”.
 
“En este mundo, Él continúa viviendo en su Iglesia. Él está con nosotros, y nosotros con Él”, añadió. “Por tanto, es Jesús quien sufre las persecuciones contra su Iglesia. Y, al mismo tiempo, no estamos solos cuando nos oprimen a causa de nuestra fe. Jesús está con nosotros”.
 
La Iglesia es el “sacramento universal de salvación, que existe “para los pecadores, para abrirles el camino de la conversión, de la curación y de la vida. Ésta es la verdadera y gran misión de la Iglesia, que le ha sido confiada por Cristo”, subrayó, rechazando otras “visiones superficiales”.
 
“Cada uno de nosotros – afirmó el Papa –, ha de afrontar una decisión a este respecto. El Señor nos dice de nuevo en una parábola lo seria que es: 'Al que no permanece en mí lo tiran fuera como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, arden' ”.
 
Esta dicotomía “nos hace comprender de forma insistente el significado existencial de nuestras decisiones de vida”, subrayó.
 
Al mismo tiempo, dijo el Papa, la imagen de la vid “es un signo de esperanza y confianza”, pues “Dios sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Lo importante es que permanezcamos en la vid, en Cristo”.
 
“Permanecer en Cristo significa permanecer también en la Iglesia. Toda la comunidad de los creyentes está firmemente unida en Cristo, la vid. En Cristo, todos nosotros estamos unidos”.
 
“En está comunidad, Él nos sostiene y, al mismo tiempo, todos los miembros se sostienen recíprocamente. Ellos resisten juntos a las tempestades y se protegen mutuamente. Nosotros no creemos solos, sino que creemos con toda la Iglesia”, concluyó el Pontífice.

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