ROMA UNIDA AL MUNDO, TODOS PUEDEN PARTICIPAR: VIDEO MENSAJE DEL PAPA EN LA PRESENTACIÓN DEL X ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS (02/07/2021)
Queridos hermanos y hermanas:
El próximo Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en Roma en junio de 2022. El tema del Encuentro será El amor familiar: vocación y camino de santidad. Tras el aplazamiento de un año, debido a la pandemia, el deseo de volver a vernos es grande.
En los Encuentros anteriores, la mayoría de las familias se quedaba en casa y el Encuentro era percibido como una realidad distante, a lo sumo seguida por televisión, o desconocida para la mayor parte de las familias.
Esta vez, tendrá una fórmula inédita: será una oportunidad de la Providencia para realizar un evento mundial capaz de involucrar a todas las familias que quieran sentirse parte de la comunidad eclesial.
El Encuentro asumirá una forma multicéntrica y extendida, favoreciendo la implicación de las comunidades diocesanas de todo el mundo. Roma será la sede principal, con algunos delegados de la Pastoral Familiar que participarán en el Festival de las Familias, el Congreso Pastoral y la Santa Misa, que serán transmitidos en todo el mundo.
En los mismos días, cada Diócesis podrá ser el centro de un Encuentro local para sus propias familias y comunidades. De esta manera, todos podrán participar, incluso aquellos que no podrán venir a Roma.
Ahí donde sea posible, invito, por tanto, a las comunidades diocesanas a programar iniciativas a partir del tema del Encuentro utilizando los símbolos que la Diócesis de Roma está preparando. Les pido que sean vivaces, activos, creativos para organizarse con las familias, en sintonía con lo que se desarrollará en Roma.
Se trata de una ocasión preciosa para dedicarnos con entusiasmo a la pastoral familiar: esposos, familias y pastores juntos.
Ánimo, pues, queridos pastores y queridas familias, ayúdense mutuamente para organizar encuentros en las Diócesis y parroquias de todos los continentes.
¡Buen camino hacia el próximo Encuentro Mundial de las Familias!
Y no se olviden de orar por mí. ¡Gracias!
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